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Terrorismo Internacional: Hezbollah ha vuelto a ser noticia

 

Instituto de Relaciones Internacionales (La Plata)
Mariano Bartolomé

Octubre 2013

La venganza como móvil terrorista

Hezbollah ha vuelto a ser noticia en el último año. En realidad nunca dejó de serlo, pero en los últimos tiempos Al Qaeda parece haber ocupado los titulares más importantes en materia de terrorismo internacional, sobre todo a partir del abatimiento de su líder Osama bin Laden y el empleo intensivo de aviones no tripulados (UAVs) por parte de los organismos de seguridad e inteligencia estadounidenses, en su neutralización.

Esa suerte de distracción aparente por parte de la comunidad internacional incluso podría haber beneficiado a la organización libanesa que recientemente celebró tres décadas de existencia, para recomponer su despliegue más allá del Medio Oriente, con lo que eso implica en términos de capacidad operativa. Esa recomposición parecía apuntar, esta vez, a un objetivo concreto: vengar la muerte del jefe de su brazo armado, Imad Moughnie, abatido en Siria el 12 de febrero del año 2008 cuando estalló un explosivo en su automóvil. Es conveniente recordar, para los lectores argentinos, que este personaje estuvo directamente implicado en la ejecución de los atentados perpetrados en Buenos Aires en marzo de 1992 y julio de 1994, contra la embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) respectivamente.

La energía y la constancia con que Hezbollah llevaría adelante la búsqueda de su venganza sería proporcional a la importancia que tenía Moughnie dentro de su estructura. Y en este punto, debe decirse que su trayectoria, fama y poder le conferían una posición determinante, prácticamente imposible de suplir. Christopher Hamilton, un conocido especialista en estas cuestiones, ha opinado al respecto que Moughnie fue el verdadero artífice de la alta performance alcanzada por su organización en materia de terrorismo global1 . En este contexto, las acciones de venganza por su muerte no prescribirían y se instrumentarían a través de una serie de atentados terroristas contra soft targetsisraelíes en lugares donde las condiciones logísticas y de seguridad lo hicieran aconsejable. Todas estas acciones se enmarcarían en una denominada Operación Radwan, denominada de esa manera en referencia al nombre Hajj Radwan,una de las identidades que empleaba el jefe muerto (también llamado “el Zorro”).

La vigencia del empleo de metodologías terroristas por parte de Hezbollah se verificó tres meses más tarde en Bakú, Azerbaiyán, donde fracasó un intento por atacar la embajada de Israel en esa ciudad, y fueron arrestados dos ciudadanos libaneses miembros de la organización, junto a varios colaboradores locales. Ambos detenidos fueron sentenciados a quince años de prisión bajo cargos de terrorismo, pero tiempo más tarde fueron liberados e incluidos en un canje de prisioneros con Irán2.

En agosto de 2009, Hezbollah también intentó ultimar al general Ashkenazi, máxima autoridad castrense de la nación hebrea en épocas de la muerte de Moughnie. Con ese objetivo ya había contactado y reclutado en Marruecos a RawiSultani,un israelí árabe que compartía con el jefe militar la membresía al mismo gimnasio en Tel Aviv, donde se llevaría a cabo el ataque. Descubierta y desmantelada la operación, Sultani informó sus detalles a las autoridades.

A pesar de estos resultados desalentadores, los intentos terroristas no cesaron. En mayo de 2011 estalló un artefacto explosivo en el lado europeo de Estambul, cerca de la zona conocida como el “Manhattan turco”, con un saldo de varios heridos. Las primeras sospechas asociaron el atentado a las elecciones parlamentarias que tendrían lugar poco después, sindicando al grupo independentista kurdo PKK como responsable; sin embargo, las pesquisas apuntaron luego hacia Hezbollah, que pretendía matar al cónsul israelí en la ciudad.

En enero del año 2012 las autoridades tailandesas arrestaron a Atris Hussein, un sospechoso de pertenecer a Hezbollah, mientras su compañero logró escapar. La pareja planificaba atacar blancos judíos y estadounidenses en Bangkok con explosivos, para cuya fabricación disponían de gran cantidad de fertilizantes de urea y nitrato de amonio líquido. Un mes más tarde, un día después de cumplirse el cuarto aniversario de la muerte de Moughnie, en la ciudad hindú de Nueva Delhi explotó un vehículo donde se trasladaba la esposa de un diplomático israelí, hiriéndola. Al mismo tiempo en Tbilisi, capital de Georgia, era descubierta una bomba colocada bajo un automóvil en el frente de la delegación diplomática israelí en ese país. En ambos casos, el artefacto explosivo era similar, ratificando –aunque no cabían dudas- una misma autoría.

Ya en el año 2012, a principios del mes de julio el miembro de esa organización Hossam Yaakoub fue arrestado en Limassol, capital de Chipre, reuniendo información sobre turistas israelíes para luego perpetrar uno o más atentados. A cambio de una paga de US$ 600 mensuales, según él mismo confesó a las autoridades chipriotas, registraba la llegada de visitantes procedentes de Israel a través de Arkia, una línea aérea lowcost de esa nacionalidad; sus lugares de alojamientos; los buses que los transportaban y los sitios de interés que solían visitar. Según se difundió en aquellos momentos, hacía varios años que Yaakoub formaba parte de Hezbollah, habiendo recibido entrenamiento en el empleo de explosivos y armas automáticas y sus tareas de reunión de información ya lo habían llevado a otros países europeos además de Chipre, entre ellos Holanda y Francia. De hecho ya había realizado varios relevamientos en la isla mediterránea, adonde había ingresado por primera vez un año después de su enrolamiento, alegando actividades comerciales3.

Apenas unos días más tarde Hezbollah finalmente logró consumar un acto terrorista, cuando en la localidad búlgara de Burgas un miembro de esa organización detonó un explosivo en el interior de un autobús repleto de turistas israelíes, matando a seis de ellos e hiriendo a otra treintena. Cabe destacar que la responsabilidad de la entidad libanesa en la planificación y ejecución del atentado fue avalado por organismos especializados de diferentes países, incluyendo las agencias de seguridad locales.

En marzo del corriente año, la justicia de Chipre condenó y encarceló a Yaakoub por cargos de terrorismo, agregando que Hezbollah debía ser tipificada en igual sentido. Precisamente eso fue lo que decidió la Unión Europea (UE) el pasado 22 de julio, tras el consenso alcanzado por los ministros de relaciones exteriores de los Estados miembros, al evaluar el atentado perpetrado en Bulgaria. La decisión incluye el congelamiento de activos y la denegación de visas para ingresar al espacio comunitario, restricciones que presumiblemente mermarán las capacidades operativas de la entidad. Aunque la decisión de la Unión se limita al brazo armado de la organización, pone fin a una actitud pasiva y concesiva de más de tres décadas de vigencia, ya que las primeras acciones terroristas atribuidas a Hezbollahen el Viejo Continente se remontan a los años ochenta: el asesinato de disidentes iraníes en Alemania, y de militares estadounidenses en España.

De Europa y Asia, a América Latina

El despliegue de Hezbollah en el último lustro con objetivos terroristas ha incluido Azerbaiyán, Turquía, India, Tailandia, Georgia, Chipre, Bulgaria y, previsiblemente, muchos otros lugares que no trascendieron a la prensa. Nada garantiza que América Latina quede afuera de este “mapa del terror”, si las circunstancias así lo indican. En este punto, es necesario volver a mencionar los atentados perpetrados en Argentina en 1992 y 1994 para confirmar que Hezbollah no ha vacilado en actuar en este continente, si coincidían un motivo válido, los medios necesarios (incluyendo el apoyo logístico) y las condiciones de seguridad adecuadas.

Históricamente se consideró a la llamada Triple Frontera (espacio donde confluyen los límites de Argentina, Brasil y Paraguay), especialmente al eje conformado por Ciudad del Este y Foz de Iguaçú, como la principal base de apoyo logístico de Hezbollah en el espacio latinoamericano. La clave de esa ponderación radicaba en la numerosa colectividad libanesa chiita asentada en el lugar, que dejó su lugar de origen tras la operación militar Paz para Galilea de 1982, por la cual Israel invadió el Líbano y llegó hasta Beirut.

En la actualidad, la zona trifronteriza ya no tendría la importancia de antaño, en términos de un eventual respaldo logístico a actividades terroristas de la organización libanesa. La razón básica de esta desvalorización estaría asociada a la generación de diversas iniciativas multilaterales para incrementar sus niveles de seguridad, sobre todo en términos de amenazas transnacionales. En este marco se destacan, en el ámbito del Mercosur, el Plan General de Seguridad para la Triple Frontera, aprobado en el año 1998 a partir de las recomendaciones efectuadas por una unidad ad hoc creada por los ministros del Interior de la región para mejorar la seguridad en la mencionada área; también el Grupo de Trabajo Especializado sobre Terrorismo (GTE) enmarcado en el Plan General de Cooperación y Coordinación Recíproca para la Seguridad Regional, aprobado en el año 2002, con posterioridad a los atentados del 11S. A estas dos acciones debe agregarse el llamado Comando Tripartito constituido en 1996 por iniciativa argentina (devenido en un mecanismo 3+1 a partir de la participación estadounidense), antecedente directo del Centro Regional de Inteligencia (CRI) de la Triple Frontera, inaugurado un decenio más tarde y basado en Foz de Iguaçú.

Evaluaciones realizadas sobre la presencia de Hezbollah en Latinoamérica desde los ámbitos periodístico y académico, entre las cuales se destaca una presentación efectuada en el Capitolio por diferentes especialistas4, indican que los puntos de apoyo de ese despliegue ya no estarían en la Triple Frontera, sino en Venezuela y Brasil. En territorio venezolano se enfatiza sobre todo en Isla Margarita como principal epicentro de las actividades de la organización, bajo liderazgo del ciudadano de origen libanés Ghazi Atef Salameh Nassereddine, secundado en esta tarea por dos hermanos. Para el caso de Brasil, la red de Hezbollah estaría liderada por Mohsen Rabbani, quien fue agregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires y está acusado por la justicia argentina (quien pidió su captura internacional) de participar en los atentados de 1992 y 1994.Las ramificaciones de la red de Rabbani no se limitarían al gigante sudamericano, con São Paulo como principal punto de apoyo, sino que se extenderían a Argentina y Chile.

A los casos de Brasil y Venezuela habría que agregar los de Cuba y México. En relación a la isla caribeña, una versión impulsada por el periódico italiano Corriere della Sera indicaba que allí Hezbollah estableció un centro de operaciones integrado por más de una veintena de miembros, orientado a planificar la ejecución de un atentado contra objetivos israelíes en América del Sur, siempre con la idea de vengar la muerte de Moughnie5. El caso de México era diferente, pues la cuestión de Hezbollah inicialmente no se planteó en términos de su presencia permanente en el país, sino de la suscripción de alianzas y convenios con los carteles criminales locales. En este sentido, el fruto de esos entendimientos podía incluir el tráfico y comercialización conjunta de estupefacientes; el ingreso de terroristas libaneses a territorio estadounidense a través de los túneles clandestinos que atraviesan su frontera meridional; y la transferencia de conocimientos por parte de Hezbollah a sus contrapartes en materia de construcción de túneles y manejo de explosivos6. Sin embargo en el año 2012 se confirmó la creciente presencia del grupo libanés en suelo azteca, alertándose que podría configurar un escollo para el logro de los objetivos que el presidente Peña Nieto se fijó en materia de seguridad.

La consigna: no bajar la guardia

En definitiva y a modo de síntesis, a lo largo del último lustro se asiste a una reactivación de las actividades terroristas de la organización Hezbollah fuera de su zona meso-oriental de origen. Esas actividades parecen encuadrarse en la búsqueda de represalias por la muerte de su conspicuo miembro Imad Moughnie, responsable histórico de su brazo armado, tristemente conocido en Argentina a partir de su participación en los atentados de 1992 y 1994.

Las sucesivas tentativas fallidas registradas en diferentes países de Europa y Asia, así como el intento exitoso de Bulgaria, muestran que el grupo extremista libanés tiende a seleccionar como blanco de sus acciones a diplomáticos israelíes, o simplemente a miembros de esa nacionalidad que se desplazan en calidad de turistas. En este marco, donde nada permite descartar a América Latina como escenario potencial de nuevos episodios de esta zaga, los gobiernos de la región no pueden darse el lujo de subestimar esta amenaza. Ya lo dice el dicho en latín: Semper Vigilens.

 


1 SMICK Elisabeth, “Profile: Imad Mugniyah”, Backgrounder, Council on Foreign Relations, February 13, 2008. Disponible en http://www.cfr.org/iran/profile-imad-mugniyah/p11317

2 En este punto, hay que consignar que las relaciones Azerbaiyán-Irán no son tan fluidas co-mo suele suponerse, a pesar de compartir la vertiente shiíta del Islam y de la existencia de una importante población de ascendencia azerí en el norte de Irán. Básicamente, Azerbaiyán ha orientado su política exterior hacia Occidente e Israel, lo que ha sido severamente criticado desde Teherán.

3 Una interesante descripción de la trayectoria de Yaakoub dentro de la organización Hezbo-llah, cómo y dónde fue reclutado, qué entrenamiento recibió y cuáles fueron las consignas recibidas, en LEVITT Mathew, “HizbAllahResurrected: TheParty of God’sReturntoTradecraft”, CTC Sentinel 6:4, April 2013, pp. 1-5.

4 Ver en estesentido US HOUSE OF REPRESENTATIVES, “Hezbollah in Latin America. Implica-tion for US Homeland Security”, Hearing before the Subcommittee on Counterterrorism and Intelligence of the Committee on Homeland Security, July 7, 2011.

5 “L' Hezbollahs barca a Cuba. Prepara nuoveazioni”, Corriere della Sera 31 agosto 2011. Dis-ponible en http://archiviostorico.corriere.it/2011/agosto/31/Hezbollah_sbarca_Cuba_Prepara_nuove_co_9_110831020.shtml.

6 US HOUSE OF…, op.cit. También en NORIEGA Roger & José Cárdenas: “La creciente amena-za de Hezbollah en América Latina”, American Enterprise Institute (AEI), Panorama Latinoame-ricano N° 3, octubre 2011 Disponible en http://www.aei.org/files/2011/10/17/2011-03%20Spanish%20LAO.pdf.

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